En este 2024, la agricultura sostenible, ecológica y eficiente se perfila como una necesidad urgente. Y es que, cada vez más, el sector agrícola se enfrenta a desafíos que afectan a la producción de alimentos, a la economía, al medio ambiente y a la seguridad alimentaria y que requieren soluciones innovadoras y sostenibles.

En esta entrada del blog resumimos algunos de esos retos que afectan al sector en este nuevo año.

Climatología

El cambio climático y la variabilidad del tiempo son, sin duda, uno de los mayores desafíos para la agricultura. El aumento de temperaturas, las situaciones climáticas extremas y las modificaciones en los patrones de lluvia pueden afectar negativamente (y, de hecho, lo están haciendo ya) a la producción de cultivos y a la calidad del suelo.

Los agricultores deben adaptarse a estas condiciones variables y encontrar prácticas agrícolas resistentes a las mismas.

Escasez de agua

Al ser la agricultura una de las actividades que más agua requiere, su gestión eficiente es esencial, especialmente ahora que la escasez de agua se ha convertido en un problema crítico en muchas regiones del mundo.

Para garantizar la sostenibilidad a largo plazo, la implementación de tecnologías de riego inteligente y prácticas de conservación del agua son cruciales.

Pérdida de biodiversidad

La pérdida de biodiversidad, entendida como la disminución o desaparición de la variedad de seres vivos que habitan el planeta, es una de las grandes amenazas a las que se enfrenta la humanidad. Tanto la desaparición de especies de plantas y animales a un ritmo cada vez más rápido como la degradación del suelo están poniendo en peligro la salud de los ecosistemas agrícolas, siendo la agricultura regenerativa y sostenible, de la que ya hablamos en esta entrada de nuestro blog, la clave para conseguir restaurar la biodiversidad y mejorar la salud del suelo.

Resistencia a plagas y enfermedades

Las plagas y enfermedades que afectan a los cultivos continúan evolucionando y desarrollando resistencia a los fitosanitarios existentes, provocando mermas de cosecha y, en consecuencia, reducciones importantes en la producción. Por ello, la gestión integrada de plagas, el desarrollo de variedades resistentes y prácticas agrícolas más sostenibles son esenciales para abordar este desafío.

Seguridad alimentaria global

La presión sobre la producción de alimentos se incrementa a medida que la población mundial sigue creciendo. Garantizar una seguridad alimentaria global implica no solo aumentar la producción, sino también mejorar la distribución y reducir el desperdicio de alimentos.

La colaboración entre gobiernos, instituciones académicas, la industria agrícola y la sociedad en su conjunto es imprescindible para enfrentar estos retos. Además, es necesario adoptar enfoques sostenibles e innovadores para garantizar un futuro agrícola capaz de satisfacer las crecientes demandas de la población mundial.