La modernización del sector agrícola y la aplicación de las últimas tecnologías en los cultivos están provocando un crecimiento de la agricultura. Si bien esto es algo favorable, (especialmente para nuestra comunidad autónoma, donde se han alcanzado máximos históricos de producción agrícola en la última década), hay que tener en cuenta que las nuevas formas de producción pueden tener ciertos impactos no deseados en el medio ambiente.

La generación de una gran cantidad de residuos plásticos, la reducción de la biodiversidad o el uso de productos peligrosos y potencialmente contaminantes de suelos y aguas, son algunos de esos efectos dañinos identificados hoy en día como consecuencia del crecimiento de la producción agrícola en el mundo.

Ello ha generado una preocupación creciente que ha dado lugar al desarrollo de la agricultura sostenible, un sistema alternativo que garantice modos de producción respetuosos con el medio ambiente y cuya aplicación debemos abanderar todos los actores implicados en el sector.

Agricultura sostenible

El concepto de agricultura sostenible se basa en el uso de innovaciones tecnológicas que permitan producir alimentos saludables con prácticas respetuosas para el suelo, aire y agua, respetando a su vez los derechos y la salud de los agricultores.

En concreto, los principios básicos en los que se basa la agricultura sostenible para satisfacer las necesidades alimenticias de la población son: mejora de la calidad en el medio ambiente, preservación de los recursos naturales, uso eficiente de los recursos agrícolas y de las fuentes de energía no renovables, adaptación a los ciclos naturales biológicos y apoyo al desarrollo económico rural y a la calidad de vida de los agricultores.

Buenas prácticas ambientales

Llegado a este punto, si eres agricultor o estás relacionado con alguno de los ámbitos del sector agrícola, te preguntarás qué se está haciendo ya y qué más se puede hacer para reducir los efectos negativos de la agricultura en el medio ambiente.

A continuación citamos algunas de las técnicas de cultivo que se pueden emplear para disminuir el impacto en el entorno.

Rotación de cultivos

La rotación de cultivos consiste en plantar varios tipos de cultivos diferentes en la misma área en temporadas secuenciales. Gracias a esta práctica se mejora la presencia de nitrógeno en el suelo, lo que implica reducir el uso de fertilizantes nitrogenados.

Además, la rotación de cultivos ayuda a controlar algunas enfermedades y plagas y agrega diversidad y brinda equilibrio y estabilidad al suelo, contribuyendo a reducir la erosión.

También es importante destacar cómo esta técnica ayuda a reducir emisiones de gas y contaminación del agua, ya que se emplean menos fertilizantes sintéticos.

Gestionar el uso del agua

El agua es fundamental para la supervivencia humana y para los cultivos, por lo que gestionar los recursos hídricos de una manera razonada y sostenible es simplemente fundamental. Actualmente, desde drones hasta aplicaciones web, las opciones para optimizar el uso del agua son numerosas. Un ejemplo de la tecnología más avanzada de la agricultura para la gestión del agua son los sensores de humedad, con los que se consigue optimizar el riego, ahorrar agua, medir la temperatura y aumentar la productividad.

Es destacable además la mejora de la fertilidad del suelo para garantizar que el crecimiento de los cultivos no se vea limitado por falta de nutrientes o por restricciones físicas, y que cada gota de agua pueda aprovecharse en su totalidad para el crecimiento.

Emplear energías renovables

Si bien el uso de algunas de estas energías, como la hidroeléctrica o la solar, depende de la localización de los cultivos, no podemos pasar por alto el hecho de que sustituir los combustibles por energías respetuosas con el medio ambiente reduce notablemente la emisión de gases nocivos a la atmósfera.

Una muestra de ello es el riego de cultivos con energía solar fotovoltaica, que no solo conlleva un uso más sostenible y limpio de la energía, sino que disminuye de manera considerable el gasto energético, aumentando su rentabilidad y su beneficio.

Apostar por maquinaria sostenible

La maquinaria agrícola puede ayudarnos a garantizar que nuestras acciones en los cultivos tengan el menor efecto posible sobre el medio ambiente y contribuyamos de este modo al desarrollo de una labor agrícola más sostenible.

En López Garrido somos muy conscientes de ello, por eso fabricamos máquinas que consumen mucho menos combustible y reducen la emisión de CO2 a la atmósfera gracias al uso de los aceros Strenx® y Hardox® del grupo sueco SSAB. Con estos materiales se aumenta la eficiencia, hay que repostar combustible con menor frecuencia y se recolectan más cosechas por hectárea en menos tiempo.

En definitiva, nuestro compromiso es ofrecer al agricultor soluciones más ligeras, resistentes y eficaces acordes con las exigencias de la agricultura sostenible.

¿Te unes a nosotros en el reto de reducir nuestro impacto en el entorno y a contribuir a la sostenibilidad del medio ambiente?