El almendro es un cultivo muy arraigado a la agricultura española y a nuestro paisaje mediterráneo. Tradicionalmente se ha considerado como un cultivo marginal, y como tal se ha ubicado en las tierras donde no se podían establecer otros cultivos, en secano y con pocos cuidados. Fruto de esta situación heredada, es la baja rentabilidad de las plantaciones tradicionales, con producciones por debajo de los 100 kg de almendra grano por hectárea. Además, nuestras variedades tradicionales de floración temprana y auto-incompatibles, son frecuentemente víctimas de las heladas cuando se cultivaban en zonas del interior peninsular o a determinada altitud.

Antecedentes del cultivo del almendro

Desde hace años, Estados Unidos, el mayor productor de almendra del mundo, viene desarrollando una fuerte campaña comercial de la almendra, apoyada por sus demostradas propiedades cardiosaludables, que ha tenido como consecuencia un incremento exponencial de la demanda en nuevos mercados (China, India, Rusia, Corea del Sur), y en los tradicionales países consumidores europeos y americanos. Ello ha desembocado en un importante aumento del precio de la almendra.

A pesar de la elevada superficie dedicada tradicionalmente al cultivo del almendro en España, hasta hace poco tiempo, esta opción productiva no despertaba mucho interés. Sin embargo, a partir de los primeros años de esta década, la situación ha dado un giro de 180 grados. Este cambio ha estado determinado fundamentalmente por el notable incremento del precio de la almendra que ha tenido lugar en los últimos años. Pero no solo por eso, sino también por la reciente disponibilidad de nuevas variedades auto-compatibles y de floración tardía o extra-tardía, que han reducido en buena medida los problemas de baja fructificación y helada, incrementando así notablemente la productividad.

Almendro

Enfoque del cultivo del almendro

Hasta hace poco tiempo el cultivo del almendro en España era una opción productiva de escaso interés. Prueba de ello es que habiendo una gran superficie dedicada al cultivo, unas 500.000 ha, la producción media por hectárea estaba en torno a los 100 kg de almendra grano, incluyendo el regadío y el secano. California con una superficie muy inferior dedicada a este cultivo, alcanzaba producciones muy superiores debido a la alta productividad de sus plantaciones (superiores a los 2.000 kg de almendra grano por hectárea). Estas diferencias abismales, eran el resultado del enfoque radicalmente distinto dado al cultivo del almendro (técnicas de cultivo, material vegetal empleado, organización de la comercialización, estructura y dimensión de las explotaciones, calidad de suelos, formación de los agricultores).
Mientras en California el manejo del cultivo cumplía todos los estándares de un cultivo frutal moderno, siempre en regadío con dotaciones de agua espectaculares y un apoyo científico-técnico notable, en España el cultivo se llevaba a cabo de forma muy mayoritaria en secanos de pluviometría extremadamente baja, en donde con frecuencia era casi un milagro la supervivencia de los árboles. Esta primera e importante diferencia (regadío frente a secano), redundaba en producciones espectaculares frente a producciones mínimas. Además, puesto que los costes de producción están estrechamente relacionados con la producción por hectárea, los almendricultores españoles, a pesar de las ayudas estatales, a duras penas podían sobrevivir con los precios impuestos por California, con costes de producción mucho menores.

Oportunidad del cultivo del almendro en España

En el año 2012 se produjo un hecho de especial trascendencia para el futuro del almendro en España. La demanda mundial de almendra pasó a superar a la oferta. Como consecuencia de ello los precios de la almendra se incrementaron de manera apreciable, de forma que hoy, seis años después, continúan muy por encima de los que regían en aquel momento.

Este cambio en la relación oferta demanda no fue el resultado del azar sino que respondió al trabajo concienzudo de los organizados productores californianos (Almond Board of California) para la defensa de las excelencias nutricionales y saludables de la almendra. Sus esfuerzos fueron cristalizando tanto en el incremento del consumo de almendra en áreas tradicionales donde estaba históricamente asentado (Europa, Estados Unidos, Canadá, Oriente Medio), como en su expansión hacia nuevas áreas (China, India, Rusia, Corea del Sur). Esta expansión aún continúa y se está conformando una potente demanda mundial, de manera que, según la Australian Almond Board, en 2017 el déficit fue de 200.000 t.

España se benefició automáticamente de esta situación, dado que los precios de la almendra son mundiales, debido a su idoneidad para el almacenamiento y el transporte a larga distancia. No obstante, estos precios han sido a veces distorsionados a nivel local por movimientos especulativos e informaciones manipuladas, tal y como han denunciado sindicatos de agricultores tales como Asaja y COAG.
En resumen, con un manejo esmerado del cultivo, asegurando al máximo la polinización, evitando o reduciendo al mínimo el riesgo de helada y eligiendo una variedad productiva contrastada, estaremos en disposición de obtener los mejores resultados tanto en secano como en regadío. A eso hemos de aplicarnos si queremos tener éxito.

Fuente: Ponencia a cargo del:
Dr. Federico Dicenta. CEBAS-CSICTítulo de la ponencia:
“El almendro: una gran oportunidad para la fruticultura española”